El vestigio arqueológico de Cholula es sin duda uno de lo más importantes de México y aunque los recintos religiosas coloniales de esta identidad llaman mucho la atención debido a su belleza, el influjo de su pirámide es a todas luces mayor, ya que se trata de uno de los monumentos más grandes de la humanidad.Este vestigio arqueológico se encuentra conformado por varias pirámides que fueron encimadas una tras otras durante seis siglos en un basamento de 450 metros de lado con una altura de 65; dos veces mayor que la pirámide del Sol en Teotihuacan, y cuatro veces más grande en volumen que la de Keops, en Egipto.
Según la historia y los estudios fue edificada en honor dios de la lluvia denominada Chiconahui Quiáhuitl y se dice que cuando Cortés llegó a Cholula este vestigio ya estaba oculto.
Era usual que cada nueva generación, tal vez marcada por el inicio de un ciclo escolar, se hiciera una nueva pirámide sobre la anterior, cubriéndose ésta con adobe.
Aunque los españoles se percataron tiempo después de lo que había en las entrañas de aquel montículo, el objetivo de acabar con una obra de siglos se reveló superior a sus fuerzas, por lo que decidieron edificar encima de la pirámide una iglesia, que en 1594 ya estaba dedicada a la virgen de Los Remedios.
En 1931 la pirámide comenzó a explorarse y después de 25 años se perforaron ocho kilómetros de túneles, lo que facilitó el descubrimiento de siete más superpuestas.
En la segunda se halló el mural de las mariposas y en un edificio anexo se encontró el mural de los Bebedores, con más cien figuras antropomorfas que escenifican una ceremonia en honor a Octli, el dios de pulque.
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